Tenemos evidencias de que en las antiguas culturas de Persia, Egipto y Grecia se practicaban juegos con palo y pelota, como parte de ciertas ceremonias. Juegos de este tipo se extendieron por Europa a lo largo de la Edad Media.
Las primeras evidencias escritas que encontramos en Europa sobre el Base-Ball es en un pequeño libro de bolsillo de juegos infantiles, “A Little Pretty Pocket Book” editado en Inglaterra en 1744 y reeditado en las colonias americanas en 1762. Un juego que consistía en golpear una pelota y correr hacia unos postes colocados a maneras de bases.
El juego emigra de Europa a sus colonias a finales del SXVIII, los primeros escritos en el nuevo mundo se encuentran en un diario personal de un soldado en 1778 y algunos otros documentos, hasta que aparece un libro de reglas de base-ball en 1796.
Por muchos años se mantuvo la leyenda de que el General Abner DoubleDay, prestigiado militar de los EEUU, había sido el fundador o inventor del juego en 1839 en el pueblo de Cooperstown, New York; pero esta leyenda fue creada y alentada por Albert Goodwill Spalding y avalada por los integrantes de la Comisión “Mills”, un comité formado a modo para darle validez a este relato, con la finalidad de ir creando la historia fundamental del “Pasatiempo de América” y obtener buenas ganancias en su empresa de artículos deportivos recién fundada, “Spalding” por él mismo.
Al margen de toda esta historia recordemos que Al Spalding fue un talentoso lanzador de 1871 a 1877 lanzando para los Medias Rojas de Boston y los Patipálidos de Chicago ganando 252 juegos y perdiendo 65, teniendo en la temporada de 1875 la friolera cantidad de 54 victorias.
Pero toda esta historia quedó como una leyenda más, cuando posteriormente se comprobó que Alexander Cartwright, empleado bancario y apagafuegos voluntario, organizó el primer juego de béisbol en Hoboken New Jersey en 1846, en un campo de juego que, sin grandes modificaciones a sus reglas y medidas, se mantienen hasta el día de hoy.
Y de allí saltamos a nuestro principal objetivo de esta narración: México 1846 en medio de la intervención norteamericana iniciada en el puerto de Veracruz en la cual nuestra Alteza Serenísima como le gustaba que le llamaran al General Antonio Lopez de Santa Anna, que se veía a sí mismo como el Napoleón de América, se negó desde el principio a negociar con Estados Unidos a pesar de su situación de inferioridad; los medios y organización del ejército mexicano eran obsoletos comparados con el estadounidense. Incapaz de frenar los avances norteamericanos, y perdiendo una batalla tras otra, provocó así la invasión estadounidense de Veracruz, Jalapa y Puebla en 1846. En septiembre de 1847 evacuó la capital y completamente derrotado en 1848 tuvo que aceptar el Tratado de Guadalupe-Hidalgo por el que México perdió casi la mitad de su territorio. A la definitiva pérdida de Texas hubo que sumar la de California, Arizona, Nuevo México, Nevada, Colorado y Utah.
Dentro de esas batallas perdidas, se da la “Batalla del Cerro Gordo”.
El camino del ejército norteamericano encabezado por el General Scott lo llevó hasta los cerros del telégrafo o Cerro Gordo, Veracruz, paso obligado para llegar a Xalapa. En ese lugar, Antonio López de Santa Anna esperaba listo para la batalla.
Antes de continuar, es importante mencionar que el General Santa Anna perdió la pierna izquierda durante la Guerra de los Pasteles contra el ejército de Francia en 1838, luego de recibir un cañonazo.
Por lo tanto, Santa Anna tuvo que utilizar una prótesis para poder caminar. Este hecho es muy importante para esta gran historia.
Retomando, la estrategia de Santa Anna en la batalla, era hacer creer a los norteamericanos que iban a emprender la retirada en Cerro Gordo para obligarlos a perseguirlos y así enfrentar un ataque sorpresa de la caballería mexicana, que era una unidad de élite en la época.
Sin embargo, el General Santa Anna fue traicionado por parte de su ejército que mostraron un camino oculto a las fuerzas invasoras para atacar a los mexicanos por la retaguardia.
Con esto, la estrategia de Santa Anna fue anulada y tuvo que retirarse realmente al ser sorprendido por los contrarios, dejando en el campo de batalla una carreta con sus pertenencias... incluyendo una pierna protésica, marcando la derrota para los mexicanos el 18 de abril de 1847.
La pierna, junto al resto de las pertenencias, fue capturada por el ejército norteamericano, que avanzó sin resistencia hasta Xalapa.
Al siguiente día de su victoria, los norteamericanos llegaron a la capital veracruzana, donde se establecieron en la zona que hoy en día ocupa el Parque de los Berros, una de las áreas verdes más características de Xalapa.
Allí, festejaron con la pierna de Santa Anna como trofeo de guerra y sin más comenzaron a arrojar objetos y batearlos con ella, jugando así el primer partido de béisbol en la historia de México hace 173 años, a pocos metros del lugar donde se daría el nacimiento del futbol americano también en nuestro país. Y que en un próximo trabajo presentaremos por aquí.
Thomas Phillip Terry lo menciona en su guía turística para viajeros "Terry's Guide to Mexico: Handbook for Travellers" en 1909, como uno de los tres puntos de interés en Xalapa.
"Cuando el guía local esté perplejo por encontrar algo que le interese al visitante, señalará la casa en la que nació el presidente mexicano Sebastián Lerdo de Tejada; la casa ocupada por el mariscal [François Achille] Bazaine cuando con sus tropas francesas se retiró de la capital y dejó a Maximiliano a su suerte; y el lugar donde los soldados americanos, bajo las órdenes de Scott y [William J.] Worth, jugaron béisbol [en 1847] con la pierna de madera capturada [por el cuarto regimiento de Illinois] del general Santa Anna", señala el libro en su página 506.
La Intervención norteamericana continuó y terminó con la toma de la Ciudad de México, después de la batalla del Castillo de Chapultepec, en la que surgió la leyenda de los Niños Héroes.
La pierna de Santa Anna se fue como trofeo de guerra y actualmente es exhibida en el Museo Militar del Estado de Illinois en Springfield e incluso ha sido objeto de distintas negociaciones, tanto con México como con museos de Texas.
Últimamente, el teniente coronel B. Leighton, director de asuntos públicos del departamento de asuntos militares de Illinois, aclaró que la pierna no se moverá del museo a pesar de la intención del gobierno de México por recuperarla.
"Para nosotros no es negociable", declaró de acuerdo al Journal Star. "Dicen que quieren iniciar una conversación. Esa conversación se ha tenido antes. No estamos interesados en una conversación. La respuesta es no. La pierna está donde pertenece y se queda aquí".
Quizá ese primer "bat" utilizado en los terrenos donde se encuentra actualmente el Parque de los Berros en la ciudad de Xalapa, Veracruz nunca regrese a nuestro México, pero es importante recordarlo cada vez que se escuche la voz de Playball en cualquier rincón de nuestro país.